Con la llegada de las festividades, muchas compañías organizan sus propias celebraciones, como la clásica «posada de oficina». Este evento no solo ofrece una oportunidad para unir al equipo, sino también para descansar de la rutina laboral. Pero, ¿sabías que los costos de estas celebraciones pueden ser deducibles para las empresas?
Diciembre suele ser un mes desafiante en el ámbito laboral: marca el cierre del año y los empleados enfrentan una carga de trabajo intensa, con niveles de estrés más altos de lo habitual.
Estas actividades fortalecen el espíritu de equipo y pueden contribuir a mejorar la productividad. Además, fomentan la motivación al hacer que los colaboradores se sientan parte integral de la empresa, al tiempo que mejoran la comunicación al interactuar con líderes y compañeros de otros departamentos.
El Artículo 7 de la Ley de Impuesto Sobre la Renta (LISR) establece que los gastos derivados de este tipo de eventos, así como los regalos otorgados a los empleados, pueden ser considerados deducibles, ya que se consideran como parte de la previsión social. Esto incluye:
● Cena de fin de año (comida y bebida)
●Decoraciones y ambientación
●Regalos para empleados, apoyos e incluso provisiones para sus cenas navideñas
Según el Artículo 28 de la LISR, hay una excepción para productos relacionados con la prestación de servicios ofrecidos a clientes en general. Esto implica que los regalos entregados a los clientes podrían ser considerados como gastos deducibles, ya que expresan gratitud por su elección y podrían seguir adquiriendo productos y servicios de la empresa. Esto no se limita solo a obsequios, sino también a eventos destinados a agradecer la lealtad de los clientes.
Es recomendable asignar una parte del presupuesto anual para este tipo de eventos, considerando tanto los beneficios económicos como los emocionales para el equipo. Aunque no todas las empresas pueden permitirse este lujo, lo importante es la intención de los directivos de reconocer el trabajo realizado por sus empleados.
En resumen, las festividades navideñas en las empresas ofrecen una oportunidad invaluable para fortalecer la cohesión del equipo y mejorar la moral de los empleados, además de brindar un merecido descanso tras un año de arduo trabajo. Según la Ley de Impuesto Sobre la Renta (LISR), los gastos asociados con estas celebraciones, como cenas, decoraciones, regalos para empleados y eventos destinados a clientes, pueden considerarse deducibles. Estos eventos no solo representan una forma de previsión social para los empleados, sino también una manera de expresar gratitud a los clientes por su lealtad. Aunque no todas las empresas pueden costear grandes eventos, la intención de reconocer el esfuerzo y compromiso de los colaboradores es fundamental, destacando la importancia de valorar el trabajo realizado por el equipo en esta temporada festiva.
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